Cuadernos de citopatología, de Julio Rodríguez Costa

Hugo Galera

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Julio Rodríguez Costa y Domingo de Agustín Vázquez
1. Líquidos Orgánicos. I (ascítico, pleural y pericárdico)
59 págs. Edit. Díaz de Santos, S.A., 2003

  

La revisión de un libro técnico suele plantear el dilema entre la lectura rigurosa y la informal búsqueda de la abstracción. Algo así como revisar metódicamente escrutando cada apartado, capítulo y epígrafe, tal como se hace con una tesis doctoral, o recurrir simplemente a la impresión subjetiva. Sin embargo, como no en vano, durante casi 40 años, he estado muy vinculado a la teoría y a la práctica de la morfopatología en general, con cierta inclinación por la citopatología, me tomo la licencia de adoptar ambas actitudes. Resuelto el dilema inicial he tenido que afrontar una segunda dificultad consistente en encontrar el tiempo necesario para leer, de cabo a rabo, un libro por pequeño que sea —estoy ante el primer cuaderno de una serie— cuando en el último tramo de mi vida profesional, mis ocupaciones son múltiples y de variada índole; la actividad administrativa hospitalaria es ocupante de espacio, el diagnóstico sigue siendo absorbente, la actividad académica crea dependencia, si bien, centrada más en la reflexión y en trabajos académicos concretos que en ridículas clases repetitivas y dirigidas a forzadas fracciones de alumnos que justifican múltiples sueldos, y, por si fuera poco, mis frívolas aficiones, deportivas y familiares, también pugnan por hacerse un hueco en mi quehacer diario.

A pesar de las dificultades mencionadas he leído el cuaderno con el entusiasmo de un residente de primer año. Mi primera impresión ha sido de empatía y de admiración por los dos autores, porque han desterrado la erudición innecesaria y los esquemas diagnósticos de la literatura tradicional, en favor de un texto fácil, bien ilustrado y práctico. El lector recibe la información mediante párrafos cortos y tablas, y mediante una rica colección de microfotografías, de excelente calidad y con detallada, a la vez que sencilla, descripción de las imágenes.

La obra de los Dres. Julio Rodríguez Costa y Domingo de Agustín apunta a ocupar un lugar preferente en las bibliotecas de la disciplina. El primer número de la serie es buena muestra de un trabajo orientado a facilitar el diagnóstico. En el prefacio se anuncia el desglose de la materia en los precisos capítulos que compondrán la serie. Además de otro cuaderno dedicado a líquidos orgánicos, la citología exfoliativa completa su primacía histórica, con una especial y proporcionada carga para el capítulo respiratorio (dos cuadernos) y para el ginecológico (tres cuadernos). Termina la obra con un cuaderno dedicado a la PAAF, proceder metodológico y técnico que ha contribuido notablemente a acortar distancia entre el enfermo y el patólogo de nuestro tiempo, y con otro cuaderno que centra la atención principalmente en las nuevas tecnologías.

En este primer cuaderno los autores, revisan los conceptos básicos que fundamentan el diagnóstico mediante el estudio citológico de los líquidos corporales, insisten en la importancia de la recogida de muestras y en el rigor del procesamiento técnico. Con un sentido, tan tradicional como moderno, parten de la orientación y correlación clínica indispensable para alcanzar el diagnóstico citológico correcto; marcan las diferencias entre el trasudado y exudado relacionando las causas de ambos. Sustancian la mayor parte del texto con el acercamiento máximo que, actualmente, puede hacerse, al teorema que distingue las células mesoteliales reactivas o hiperplásicas de las células mesoteliales malignas (mesotelioma) y de las células tumorales metastásicas. La descriptiva morfología convencional es esquisita y la presentan como fundamento de diagnósticos bien recortados y ciertos, sin caer en afirmaciones atrevidas en demasía, propias del dibujo citopatológico clásico. Ponen énfasis en el auxilio y complemento de otras tecnologías, como la inmunohistoquímica, para aumentar la solidez del diagnóstico citológico, a la vez que señalan un futuro prometedor para los métodos biomoleculares.

Las cavidades corporales a las que se refiere el cuaderno están revestidas por células epiteliales modificadas, de tipo mesotelial, equipadas para facilitar el trasiego de líquidos entre la cavidad y la red vascular subepitelial. Diferentes circunstancias patológicas del mesotelio conducen al derrame, que puede contener una compleja población de células mononucleadas en la que el citopatólogo se encuentra con la seria dificultad que supone deslindar los pasos del espectro que cubre desde la célula mesotelial normal hasta la célula verdaderadamente tumoral. Los autores llaman la atención sobre la imprescindible interpretación del dato morfológico aislado en el contexto de otros muchos, y sobre el extraordinario parecido de la célula mesotelial reactiva a la célula tumoral maligna e insisten en que puede propiciar un error de interpretación que hay que evitar a toda costa. Sobre aspecto tan importante y de suma responsabilidad para el citopatólogo y sobre otros muchos que también afectan al diagnóstico citológico de los derrames de las superficies serosas aportan las claves que proporciona su estudiosa labor y amplia experiencia.

En resumen, la serie en general y el Cuaderno n.º 1 en particular, será y es, respectivamente, una obra de gran ayuda para la formación del residente y asesoramiento del patólogo en su práctica diaria. También puede ser útil para cualquier estudiante o profesional que se encuentre involucrado en un trabajo de investigación en este campo de la patología.

Prof. Hugo Galera